El Perú es una Combi
Cuando siento que un cobrador increpa ferozmente a un pasajero porque la cantidad de monedas que este último tiene en la mano no es suficiente para pagar su pasaje; me hace acordar a nuestros gobernantes anunciando que los combustibles, alimentos o servicios van a costar más y que no nos queda otra cosa que aceptar. También me viene un flashback de la Telefónica, Gloria, Ripley y otras empresas oligopólicas cambiando los precios de sus productos y cobrando los que les da la gana. Y como siempre no nos queda otra que respirar nuestra rabia y aceptar.
Cuando escucho a un hombre, o una mujer en la mayoría de los casos, peleándose SOLO (A) con el cobrador mientras que los demás pasajeros se hacen los desentendidos; me parece escuchar la desunión que existe entre los peruanos: los cajamarquinos peleando solos contra la minera Yanacocha para que nos le quiten y contaminen sus lagunas. A los pobladores de Espinar marchando solos al Congreso para denunciar que la minera Xstrata ha contaminado el agua de sus ríos. A los indígenas aguarunas solos reclamando por sus muertos en el Baguazo.
Cuando veo al chofer esperando pasajeros mientras el semáforo está en verde o pisando el acelerador como loco para ganarle a la combi del costado sin importarle que se pasó el paradero donde teníamos que bajar algunos o que puede chocar y matar a todos; me parece ver a nuestra élite política (presidentes, ministros, congresistas, jueces) conduciendo como le da la gana el destino de nuestro país. Veo a jueces sentados esperando que prescriban los delitos de los políticos corruptos. Congresistas acelerando leyes para favorecer a grandes empresas, o en la conchudez extrema a sus propias empresas. También veo fiscales que no respetan la ley y se hacen los que no ven la luz roja de ex presidentes.
Se puede decir que nuestros políticos y los choferes de las combis se parecen. A ninguno de estos les importa nuestro futuro.