I don’t need no education
I dont need no thought control
Entonces nadie te va contratar – le dijo su madre con una mirada de decepción – que futuro vas a tener. – concluyó de mala gana.
Pues yo no quiero trabajar con personas que solo se basan en un título para darte chamba – respondió su hijo. – Yo quiero trabajar con gente que aprecia tu personalidad, escucha tus ideas, valora tu experiencia y conocimientos no solo laborales, sino también de la vida. Quiero trabajar con personas que se arriesgan por el talento. Porque si algo es tu vocación, no necesitas ir a la universidad para aprenderlo si no quieres o no puedes. Si verdaderamente te apasiona ese algo, buscarás la forma como aprenderlo, practicarlo y mejorarlo. Acuérdate mamá – le dijo mientras la miraba – los hombres crearon los títulos y no al revés.
Pues lamentablemente, el mundo no es así – le repitió su madre – y no lo vas a poder cambiar, si quieres ser alguien en la vida, tienes que sacar tu título, terminar tu carrera, te falta un año nada más – dijo insistentemente.
Mira mamá – dijo el hijo poniéndose de pie y cogiendo sus llaves – Si saco mi título, consigo chamba y soy alguien en la vida, como tú dices, jamás cambiaré algo. En cambio si sigo luchando como ahora, postulando todos los días a trabajos, hasta conseguir uno que me permita desarrollar todo mi potencial y triunfar en la vida, ahí sí podría sentir que fui alguien. Tienes razón cuando dices que así no es el mundo y no lo puedo cambiar. Quizás no lo cambié, pero tampoco dejaré que este me cambie. Quiero morirme con esa satisfacción, saber que siempre me guíe por mis ideas, siempre fui yo mismo. Eso es lo único que no nos pueden quitar, por más que lo intenten con todo el poder de su fuerza o toda la fuerza de su poder. Si la gente entendiera eso, yo tendría chamba y un futuro.
La madre siguió insistiéndole al hijo por un rato. Este solo atinó a despedirse de ella mientras cerraba la puerta de la casa, estaba atrasado y tenía que caminar mucho para llegar a su destino.